La corteza terrestre esconde enormes cantidades de hidrógeno natural que se puede localizar siguiendo los pasos de una peculiar ‘receta’ creada por investigadores de Oxford. Artículo de Omar Kardoudi en elconfidencial.com.
Un equipo internacional de investigadores asegura que la corteza terrestre esconde sufíciente hidrógeno como para satisfacer las necesidades energéticas humanas durante los próximos 170.000 años. Los científicos afirman que parte de ese gas permanece intacto bajo tierra y ofrecen las claves para encontrar esta fuente de energía oculta que no genera emisiones dañinas para el planeta. El equipo —compuesto por investígadores de la Universidad de Oxford y de la Universidad de Durham, en el Reino Unido, y de la Universidad de Toronto, en Canadá— ha publicado un estudio en la prestigiosa revista Nature donde propone “una receta” para encontrar dónde se esconden los depósitos de hidrógeno atrapados en la corteza terrestre. Los investigadores han determinado los tipos de roca donde hay que buscar, así como las temperaturas, fluidos y formaciones geológicas que permiten que el hidrógeno se forme y quede almacenado en yacimientos a los que podemos acceder.
“Hemos desarrollado con éxito una estrategia de exploración para el helio y se puede adoptar un enfoque similar de ‘primeros principios’ para el hidrógeno”, asegura Jon Gluyas, investigador de la Universidad de Durham y coautor del estudio.
La receta
Según el estudio, para encontrar hidrógeno formado de manera natural en la corteza terrestre hacen falta varios ingredientes geológicos clave. En primer lugar, hay que buscar rocas ricas en hierro, como la peridotita o el basalto, que generan hidrógeno a través de reacciones entre el agua y la roca. También se puede encontrar en rocas con altas concentraciones de elementos radiactivos (como el uranio o el torio) que producen hidrógeno a través de la radiólisis. Por otro lado, la presencia de aguas subterráneas es esencial para la formación de este gas, ya que permite que estos procesos químicos se produzcan durante largos periodos de tiempo.
Además, los investigadores aseguran que para que el hidrógeno se acumule en cantidades utilizables, hacen falta vías de migración como fracturas o fallas que lo hagan desplazarse desde su fuente de origen hasta un yacimiento. Estos depósitos tienen que ser trampas geológicas eficaces que estén selladas y sean impermeables, como capas de sal o arcilla, para evitar que el gas se escape o sea consumido por los microbios. Por último, son necesarias unas condiciones de conservación estables. El equipo dice que una baja actividad microbiana y la estabilidad tectónica son fundamentales para mantener el hidrógeno almacenado a lo largo de escalas de tiempo geológicas. Todos estos ingredientes se encuentran en una serie de entornos geológicos comunes dentro de la corteza terrestre de todo el globo. Entre los candidatos ideales están los complejos ofiolíticos o los antiguos cinturones de granito, que según los investigadores, son objetivos prometedores para la exploración del hidrógeno natural.
Hidrógeno para 170.000 años
El estudio estima que si tenemos en cuenta la cantidad total de hidrógeno generado con esta receta en la corteza continental terrestre durante los últimos mil millones de años, podemos tener energía acumulada para abastecer al planeta los próximos 170.000 años. Algunos de estos depósitos pueden ser muy jóvenes (entre millones y decenas de millones de años), mientras que otros son realmente antiguos (cientos de millones de años). Sin embargo, el estudio también señala que no todo este hidrógeno de la corteza terrestre es recuperable. Parte se ha perdido, otra ha sido consumida por microbios o es inaccesible por otros motivos, por lo que la cifra representa el potencial generativo total y no una reserva inmediatamente extraíble. “Combinar los ingredientes para hallar hidrógeno acumulado en cualquiera de estos entornos puede compararse a cocinar un suflé: si te equivocas en cualquiera de los ingredientes, las cantidades, el tiempo o la temperatura, te llevarás una decepción”, explica Chris Ballentine, investigador de la facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Oxford y autor principal del estudio. “Una receta de exploración exitosa que sea repetible desbloqueará una fuente de hidrógeno comercialmente competitiva y baja en carbono que contribuiría significativamente a la transición energética. Tenemos la experiencia adecuada para combinar estos ingredientes y encontrar esa receta”.